Aquí les envío "El villancico yaucano" de Amaury Veray en una magnífica interpretación de Plácido Domingo. Espero les guste, ya que el mismo encierra el verdadero sentido de la Navidad. Abajo podrás leer la letra de la canción.
Abrir un libro es más que un simple acto de lectura y comprensión: es abrir todo un mundo de posibilidades. La buena literatura tiene el poder de encender la chispa de la imaginación, la fantasía y la creatividad. Entre las páginas de un buen libro existen parajes insospechados, veredas y atrechos, que nos invitan a perdernos y encontrarnos al mismo tiempo. Ven, te invito a viajar, de la mano de los más grandes autores, entre libros y sueños...
sábado, 19 de diciembre de 2009
Villancico yaucano
Quisiera niño besarte,
y San José no me deja,
dice que te haré llorar,
¿verdad que aún así me dejas?
Ha nacido en un portal,
llenito de telarañas,
entre la mula y el buey,
el Redentor de las almas.
En Belén tocan a fuego,
del portal sale una llama,
es una estrella en el cielo,
que ha caído entre las pajas.
Yo soy un pobre yaucano
que vengo de Yauco aquí,
y a mi niño Dios le traigo,
un gallo quiquiriquí.
Ya lo sabes, niño hermoso,
soy del pueblo del café,
por si quieres dos saquitos,
también yo te los traeré.
Yo soy Juan el verdurero,
que vengo de la montaña,
y te traigo viandas buenas,
desde mi humilde cabaña.
Al niño recién nacido,
todos le ofrecen un don,
yo, como no tengo nada,
le ofrezco mi corazón…
Autor: Amaury Veray
y San José no me deja,
dice que te haré llorar,
¿verdad que aún así me dejas?
Ha nacido en un portal,
llenito de telarañas,
entre la mula y el buey,
el Redentor de las almas.
En Belén tocan a fuego,
del portal sale una llama,
es una estrella en el cielo,
que ha caído entre las pajas.
Yo soy un pobre yaucano
que vengo de Yauco aquí,
y a mi niño Dios le traigo,
un gallo quiquiriquí.
Ya lo sabes, niño hermoso,
soy del pueblo del café,
por si quieres dos saquitos,
también yo te los traeré.
Yo soy Juan el verdurero,
que vengo de la montaña,
y te traigo viandas buenas,
desde mi humilde cabaña.
Al niño recién nacido,
todos le ofrecen un don,
yo, como no tengo nada,
le ofrezco mi corazón…
Autor: Amaury Veray
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